No haré una columna sobre Trump porque me parece que para el sábado que se publique esta columna, ya habrá miles de columnas al respecto. Sin embargo, tampoco puedo desaprovechar el espacio para señalar que no me retracto de haber criticado que se le haya invitado a México.
Soy la secretaria general del PRI en mi municipio, priÃsta socialista y preparada, no tecnócrata. Critiqué la invitación a Trump por idea de Videgaray, distinto serÃa que lo hubieran invitado ahora que ya es electo. Cuando mis compañeros de partido, ahora panistas me destituyeron ilegalmente, me insultaron y me golpearon sin que el partido por lo menos intentara hacer justicia o mediar, denuncié a los que pude e inicie una defensa y ofensiva en medios de comunicación, nunca los invité a un cafecito en mi casa. Trump nos insultó y se burló de nosotros cuando era un candidato como cualquier otro u otra, no habÃa por qué o para qué invitarlo a nuestra casa. Distinto es ahora que es Presidente electo y debemos hacer uso de la diplomacia, lo de antes no fue diplomacia, fue ponernos de tapetes. Que haber iniciado relaciones antes pueda ser una ventaja para México es una posibilidad, eso nos da una brecha de oportunidad, pero no quiere decir que haya certeza al respecto. Trump no ha respetado a México, no sé si ahora pretenda hacerlo. Ahora le corresponde al Estado mexicano hacer uso de la diplomacia y acordar con nuestro mayor socio comercial, social y cultural, insisto, ahora que es autoridad electa.
Dicho lo anterior, puedo continuar con el tema del que seguramente no hablará nadie y es el Derecho de los menores a acceder a la educación sexual.
En México el 25 por ciento de los y las menores que dejan las aulas, son jovencitas embarazadas, algunas de ellas con sólo 12 años. Algunos estudios afirman que hasta el 70% de los adolescentes sexualmente activos, tienen virus de papiloma humano, si bien es curable en el 90% de los casos, depende de en que etapa se detecte y no es como que los adolescentes frecuenten médicos una vez iniciada su vida sexual, que por cierto ahora inicia en promedio a los 15 años y el 50% de esos adolescentes no tiene ni idea de cómo se usa un método anticonceptivo.
Aún con todos estos datos y siendo evidente que el Estado y las familias deben trabajar más al respecto, a la señora Rosario Becerril Alba, le pareció que era una buena idea impugnar varios artÃculos de la Ley General de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes porque no le pareció que los maestros y libros de texto, impartieran educación sexual sin la participación de los padres.
Es obvio que si los padres y madres no dan a los y las adolescentes información al respecto, el Estado tiene que hacerlo, porque además los embarazos y enfermedades de transmisión sexual se traducen en gastos para el sector de salud, que podrÃan invertirse en curar otras enfermedades o incluso en otros rubros del sector público como infraestructura que tanto le gusta a la gente, o combate a la pobreza, que en este Estado no existe.
Afortunadamente la SCJN determinó que el Estado mexicano no puede renunciar a su obligación de dar información y educación sexual a niños y jóvenes para darle gusto a una mamita. La resolución puntualiza que las autoridades deben garantizar a los menores el acceso a métodos anticonceptivos y proporcionar asesorÃa y orientación sobre salud sexual y reproductiva.
Ahora bien, aunque afortunadamente la Corte resolvió a favor del Estado, los padres y madres no pueden dejarle toda la carga, es necesario que hablen con sus hijos e hijas a través del amor, antes de que alguien más lo haga a partir del morbo. Es increÃble que yo tenga que estar acompañando a algunas señoritas al ginecólogo. Puntualizo que las acompaño con gusto, pero no pierdo de vista que recurren a mi porque no tienen confianza con sus padres y madres. Sin ánimo de vanagloriarme, menos mal que soy una mujer responsable que no traiciona la confianza de las chavas y que las lleva con doctores y doctoras que trabajan éticamente... ¿y si en lugar de eso las llevara con cualquier carnicero?
Padres y madres, asuman la responsabilidad que les toca, supongo que no es fácil, pero hay que prepararse para hacerlo, hay que leer y hay que hablar desde la realidad latente y desde el amor, los valores que aprendemos en casa son esenciales para asumir nuestra sexualidad responsablemente y si ustedes no lo van a hacer por pena, por pudor o por tener una mente cerrada, permitan que el Estado lo haga a través de la Educación.
Es Derecho de los menores acceder a la educación sexual y los adolescentes no van a dejar de coger porque se los pidamos, tenemos que darles las herramientas para hacerlo de manera responsable y ya si podemos de paso hacer que entiendan que es mejor empezar su vida sexual cuando estén fÃsica y mentalmente preparados para ello y preferentemente cuando tengan una cosa que se llama trabajo, pues mejor, pero eso se aprende en casa.